(12-II-2002)
Jesús: ¡Amada Iglesia de España! ¡Contra Mí luchas! ¿Por qué contra mí luchas haciendo caer tu oprobio sobre ti misma? ¿Por qué te contemplo y te veo enredada en tus torpes juicios, equivocando a mis hijos, llevándolos al abismo? Ingrata Iglesia. ¿Hasta cuándo tendré que contemplar tanta lucha y división, tanto odio, tan poco amor? Pero yo os digo, ¡oh Iglesia de España!, que ninguna de vuestras obras de muerte dejará de ser tenida en cuenta. ¡Es éste mi último llamamiento! Amada, mi Iglesia de España! ¡Vuélvete a tus orígenes! ¡Reencuéntrate contigo!