(28-III-2004)
Virgen María: No amáis a los sacerdotes. Si ellos vieran en vosotros verdadero amor no serían como son y no caerían sobre mi Iglesia las maldiciones. Porque el desamor llama al desamor. El bien llama al bien, el amor al amor. ¿Lo ves hija cómo no se puede echar la culpa al clero de todo el mal que aqueja a la Iglesia de España? La Iglesia la formáis los feligreses. La Iglesia somos todos. ¡Tened amor a vuestros sacerdotes! Sí, tengo entre mis ministros muchos pobres indigentes faltos de amor, a quienes todo el mundo rechaza. Ven el rechazo de las gentes. Así es muy fácil que Satanás les tiente, ¿sabes? Piensan, "si cambiamos y nos modernizamos nos atenderán más, volverá la gente a la Iglesia". ¡Oh, si encontrarán en vosotros, fieles, personas que les recordaran lo que hay que ser!