(27-IV-2004)
Jesús: Destrozad las herejías concernientes a mi Eucaristía. Primero, con vuestra vida pulcra. Vida ante la cual les hagáis exclamar: "Yo me tengo que confesar". Luego instruidles. Pero primero dar ejemplo. Ejemplo también de adoración y devoción. Ante los cuales dirán: "Verdaderamente, ahí está el Hijo de Dios". Allí donde veáis que se cometen excesos, denunciadlos. Corregid fraternalmente primero y, si no os hacen caso, denunciadles a los ancianos (la jerarquía eclesiástica). Desearía más acompañamiento eucarístico: estoy sólo en los sagrarios.