Desde Fátima, el mundo camina hacia su autodestrucción. Y sigue pendiente la conversión de España
Virgen María (15-IX-2009): Mi corazón está apenado por tantos hijos ingratos que se encuentran en la Nación española, que no quiere hacer caso de mis advertencias y vive en una bonanza ficticia y en un bienestar aparente. No os llega la crisis a todos y vuestro corazón no se acuerda de Mí. Hoy, como anuncié en Fátima, el mundo camina hacia su autodestrucción. Y yo, Vuestra Madre, no he podido impedírselo.