Un chaval adolescente, obsesionado por encontrar a su madre biológica, se convierte ante su sorpresa en todo un súper héroe cuando pronuncia una palabra mágica: ¡Shazam! y, a partir de ahí, deberá enfrentarse al malvado de turno, que en esta ocasión viene acompañado de unos terroríficos monstruos, que encarnan los siete pecados capitales, y tienen muchas ganas de machacar al personal.
No sé ustedes, pero yo ya he perdido la cuenta de cuántas películas de súper héroes se han estrenado en la gran pantalla, sean de los estudios Marvel o, como ocurre en este caso, de DC Comics en colaboración con Warner. Ante tal abundancia de músculos, y de proezas sin cuento, se agradece mucho la aparición de uno que, al menos, nos hace reír sin “pasarse de rosca” ni de vocabulario como en el caso de Deadpool.
Las carcajadas está aseguradas, no solo por la parodia mientras el súper héroe descubre qué poderes posee y cuáles no, sino por los divertidos diálogos que mantiene con Freddie, su “colega” y hermano de acogida, una relación que recuerda, en muchos momentos, a la divertida comedia de 'Big' en la que, como en ésta, un adolescente mediante la magia se convertía en adulto, en aquella en un creativo juguetero, mientras en ésta en un superhéroe simpático. A destacar la buena elección de su reparto; están muy bien los dos chicos, Asher Angel y Jack Dylan Grazer, mientras que tiene muchísima vis cómica, haciendo de niño grande, Zachary Levi.
La película, muy graciosa, pudiera haber sido adecuada para un público a partir de 7 años si no incluyera algún momento oscuro, que descoloca dentro del desarrollo, y que parece salido de las películas de Guillermo del Toro.
Para: los que crean que las películas de DC COMICS están a la altura de las de MARVEL