Los estudios Marvel apuestan claramente por el puro entretenimiento y lo hacen de la mano del  “vengador” más simpático de todos, Ant-Man, quien protagoniza su tercera entrega en solitario. Precisamente esta película arranca tras los acontecimientos ocurridos en Avengers: Endgame (2019).

Todo parece sonreírles en la vida a Scott Lang (Ant-Man) y Hope Van Dyne (Avispa), tanto es así que Scott ha escrito un libro y Hope defiende causas humanitarias. De esta cotidiana existencia también forman parte los padres de Hope y (Hank y Janet) y Cassie, la hija de Scott. Pero, desgraciadamente, la curiosidad de la joven por la ciencia y la tecnología, sobre todo en relación al Mundo Cuántico, un lugar fuera del espacio y el tiempo donde estuvo encerrada 30 años su abuela, le hará cometer una imprudencia y ella y su familia acabarán en ese extraño mundo donde encontrarán nuevas y extrañas criaturas y donde deberán enfrentarse a un malvado terrible.  Es decir,  los personajes de Ant-Man y La Avispa junto a su familia salen de  la ciudad de San Francisco y son transportados  a un nuevo mundo desconocido y aterrador.

Como en la anterior entrega, Ant-Man y la Avispa, este largometraje de aventuras no solo está protagonizado por una familia sino que va destinado a un público familiar, y valga la redundancia, ofreciendo más de lo mismo: un argumento de índole fantástico, con bastantes toques de humor blanco.

Paul Rudd vuelve a estar acompañado de intérpretes de tanto prestigio como Michelle Pfeiffer, Michael Douglas o Bill Murray, este último en una aparición corta pero simpática. Y toda la trama parece jugar con la idea de que  “familia unida jamás será vencida”. Nuevamente la gran baza se encuentra en los efectos visuales, que no solo han hecho posible un lugar muy imaginativo del peligroso mundo de Cuántico, sino que han imaginado criaturas realmente graciosas. También, como en la anterior, se juega con la facilidad para cambiar de tamaño del protagonista y sus familiares y las continuas escenas de acción dan lugar a secuencias trepidantes.

El director Peyton Reed repite en esta nueva entrega dado que conoce perfectamente al protagonista y su universo. Según él, “la película trata sobre la idea de que puedes terminar con el pasado, pero el pasado nunca termina contigo”. Confiemos que solo sea en el cine.

Como en las cintas anteriores, el eje fundamental está en la relación de Scott con su hija Cassie, que ya tiene 18 años, porque este superhéroe tan normalito tiene en la vida un objetivo fundamental: ser buen padre. Por ello hará todo lo posible para vencer al frío villano al que se enfrentan en esta aventura: Kang el conquistador.

¡Ah!, por si tenían dudas, hay una secuencia tras los créditos finales que ya nos anticipa que habrá Ant-Man 4.

Para: los que vieron las dos entregas anteriores del Hombre-hormiga y les gustaron.