Basada en el aclamado best seller literario homónimo de David Grann, Los asesinos de la luna está ambientada en la década de 1920, en Oklahoma. La comunidad india de los Osage era en aquellos años la población con la mayor renta per cápita del mundo porque el petróleo les había hecho millonarios y se permitían unos lujos increíbles. En ese escenario llega al lugar el joven Ernest Burkhart, sobrino de uno de los hombres más importantes de la zona, que se enamora de una joven india, Mollie, quien, tras la extraña muerte de una de sus hermanas, empieza a sospechar que algo sucede…Pero cuando el número de muertos pasa de las dos decenas, el recién inaugurado FBI decide intervenir y mandar a un antiguo comandante de Texas, Tom White, para que desvele el misterio. White estableció un equipo infiltrado, incluyendo a un agente nativo en el grupo.

El veterano director Martin Scorsese sigue en su línea de contar algunos episodios de la historia de Estados Unidos: recuerden por ejemplo, Gangs of New York, y ahora lo hace denunciando uno de los capítulos más oscuros que afectó a los integrantes de la comunidad indígena  de los Osage, víctimas de una serie de crímenes especialmente brutales que llegaron a ser conocidos como 'el reinado del terror'. Su delito: estos nativos de Estados Unidos se habían convertido en ricos gracias a encontrarse en sus tierras yacimientos de petróleo. De ahí la paradoja; algo que había sido una bendición se convirtió en una auténtica maldición.

Scorsese, vuelve a contar por sexta vez al frente del reparto con el que se ha convertido con los años en su actor favorito y amigo, Leonardo Di Caprio, (quien también es productor del filme). El famoso director se ha alargado doscientos seis minutos (hay algún diálogo innecesariamente extenso) para narrar pormenorizadamente esta historia de violencia (tema favorito de Scorsese en su filmografía), de arrepentimiento y, por qué no decirlo, de amor. Porque la joven Mollie, encarnada de forma magistral por la actriz Lilly Gladstone, afronta todos los pesares que le acontecen a ella y su familia porque ama a su marido, siendo consciente de que éste no es demasiado despierto y puede ser perfectamente manipulable por gente más inteligente que él. Si la interpretación de Lilly suena a Óscar puede haber opiniones contradictorias con la de Leonardo Di Caprio, que actúa parece con una especie de prótesis en la boca para que sobresalga su barbilla al gesticular y que se parezca físicamente a su tío en la ficción, al que le pone rostro Robert de Niro.

La película en el fondo también toca otro asunto que le gusta a Scorsese: la existencia de mafiosos, a quienes el obtener dinero no detiene ante nada ni nadie. Y es que, este imprescindible true crime, desvela una de las conspiraciones más siniestras contra la comunidad indígena de Estados Unidos, que nos habla de un racismo soterrado en la denominada tierra de las oportunidades.

Para: los que les gusten las películas Scorsese y quieran conocer más sobre el destino de los indios estadounidenses.