Dos conocidas estrellas del cine francés como son Sandrine Kiberlain y Daniel Auteuil encabezan el reparto de esta comedia que provoca la sonrisa, no la carcajada

Un adinerado empresario decide hacer un crucero romántico con una encantadora mujer y encarga que diseñe ese fin de semana especial su eficiente colaboradora, Justine, desconociendo éstaque ella es la elegida, ante la desconfianza de su marido, que se encuentra sin trabajo. No o,bstante tanto Justine como su círculo de amigos se encuentran con problemas económicos por lo que ven este crucero fluvial como una forma de resolverlos.

El director de la película Bruno Podalydès, que también tiene un papelito en el film así como su hermano Denis, ha confesado que tenía en mente este proyecto desde el año 2003 porque con su familia hacia cruceros fluviales, de ritmo lento a través de canales que posibilitan viajar desde Francia a Alemania. 

Amable de contenido, El barco del amor posee un humor blanco, y un excelente reparto encabezado por dos conocidas estrellas del cine francés como son Sandrine Kiberlain y Daniel Auteuil. Cuenta con momentos de sonrisa no de carcajada y destaca el imaginativo  apartado del atrezzo, responsabilidad de Bruno Lefebvre, que ha creado objetos realmente divertidos como la mano retráctil que recoge los obligados peajes que cargan al millonario o el sillón hinchable, en el que deberían sentarse en cada parada, y que no hay forma de inflar.

Pero esta comedia que más que romántica definiríamos de pícaros, no acaba de funcionar porque tiene poco recorrido argumental.

Para: los que les gusten las comedia amables.