Acuciado por sus problemas económicos, ya que se enfrenta a una ejecución hipotecaria de su negocio, Earl Stone, un octogenario que se encuentra solo y arruinado porque se alejó de su familia, acepta un trabajo en el que tiene que conducir un coche a través de varios estados. Pero, sin saberlo en un principio, Earl se convierte en traficante de drogas para un cártel mexicano. Su trabajo lo hace tan bien que su carga va aumentando de tal forma que se le asigna un controlador para vigilarle. Desgraciadamente para él, la DEA vigila estrechamente los misteriosos movimientos de entrada de droga al país.
En el 2008, el veterano director y actor, que cumplirá en mayo 89 años, declaró que su inolvidable papel en Gran Torino era el último como protagonista, pero no ha podido evitar ponerse delante de la cámara en Mula, para encarnar a un hombre de su edad quien, a los 90 años, trabajó para el cártel de Sinaloa. Dirige esta cinta a partir de un guión de Nick Schenk, inspirado en el artículo del New York Times Magazine titulado "Una mula de la droga de 90 años en los cárteles de Sinaloa" que escribió Sam Dolnick.
Como es habitual en su filmografía, Eastwood ha realizado una película de estructura clásica, y desarrollo narrativo lineal e, igualmente, como es usual en su obra el concepto del bien y el mal están implícitos en su historia, de tal forma que el anciano “mula” es un ser humano inmoral que sabe que está actuando de forma incorrecta.
Clint Eastwood demuestra que sigue en plena forma mental a pesar de ser octogenario porque introduce gags en los que demuestra su sentido del humor y en los que se defiende, con bastante gracia, de aquellos que en algún momento le etiquetaron de racista u homófobo por algunos diálogos de sus películas.
Para: Los seguidores de Clint Eastwood, de su cine y de su forma de pensar