Comedia dramática amable para reflexionar sobre el valor de la vida. Lo hace contando los avatares de un grupo de pacientes de cáncer que se enfrentan a la enfermedad con coraje y, muchas veces, con más alegría que los seres queridos que les rodean. Todos ellos se conocen porque viajan todas las semanas, en un autobús destartalado, a un centro especializado en quimioterapia del País Vasco.

Inspirada en una historia real, encabeza un reparto coral el popular actor Dani Rovira, que encarna a Andrés un profesor de música del Sur al que, nada más aterrizar en su nuevo instituto en Orduña, donde va a hacer una sustitución, le diagnostican un tumor maligno en el oído, con lo cual su vida se vuelve al revés. Curiosamente Andrés, cuyo sueño era subirse a un escenario, encontrará las fuerzas necesarias por las “vitaminas” de valor que le trasmiten sus compañeros de autobús. Ya saben el viejo dicho: “Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes”. Historia amable y esperanzadora, en la que todos los personajes, de diferentes edades y estatus,  tienen su momento de gloria, y que comparten con el espectador sus expectativas mientras intentan exprimir la vida en un momento trascendental. La película, a pesar de su talente optimista, no deja de denunciar algunos problemas de rechazo que sienten los enfermos a causa de su dolencia, tanto en el apartado sentimental como profesional.

El director Ibon Cormenzana ha coescrito el guión con Eduard Solà. Cormenzana ha hecho una gran labor como director de actores, que hacen unas interpretaciones muy creíbles y emotivas en sus respectivos cometidos, además de Rovira, están Susana Abaitua (vista en la excelente serie Patria) o la siempre empática Elena Irureta, entre otros.  

Rodada en Orduña (Vizcaya), al igual que ocurrió con Ocho apellidos vascos, que lanzó a la fama a Dani Rovira, esta comedia dramática se beneficia de unos escenarios naturales preciosos, muy característicos del País Vasco.

Para: los que les gusten las comedias españolas agradables.