Se estrenó el pasado 25 de marzo pero merece la pena que la vean, porque cualquier película supone un reto para un director pero, más aún, si se acomete un proyecto tan personal como es La Cima, donde a la aventura se aúna el intento de reflexionar sobre el sentido de la vida.
Mateo se ha preparado para enfrentarse, por primera vez, a la montaña más peligrosa del planeta: el Annapurna. En su complicado ascenso en solitario tiene un accidente y es rescatado por Ione, una experimentada alpinista que está pasando el invierno en un refugio, alejada del mundo. A pesar de desconocer los motivos que impulsan a Mateo a realizar esa peligrosa gesta a la cima en pleno invierno, con las dificultades que eso implica, Ione le ayudará.
Amante del alpinismo el cineasta Ibon Cormenzana, más conocido por su faceta de productor, ha confesado que con su película quería abordar temas como “el amor a la Naturaleza, la resiliencia y el esfuerzo, la superación de la pérdida, el compañerismo de la montaña, el intento de amar y el sentido de la vida”. Posiblemente peca de ambicioso en su intento de tocar tantos asuntos trascendentales, no obstante ha hecho una hermosa película, en la que descubre su admiración por estos deportistas de riesgo, a los que describe como gente sencilla, sacrificada, que aprecia la amistad y sabe vivir de forma austera.
Los intérpretes Javier Rey y Pilar López Arnaiz hacen un buen trabajo, y se aprecia que pusieron el 100% de esfuerzo para encarnar a la pareja protagonista, no solo por rodar en condiciones atmosféricas adversas (hubo secuencias a 17 grados para cero) sino porque, ha trascendido, que se prepararon a nivel físico para escalada en piedra y hielo, practicando movimientos de alpinistas en escenas con escaso oxígeno. Su mentor fue el escalador Javier Tosas, experto en estas materias quien, además de volcarse en los actores, incluso trabajó como especialista en algunas secuencias de la película.
Todo ello se traduce en un film que incide en el valor que damos a la vida cuando tenemos cerca la muerte, como suelen confesar muchas personas cuando luchan contra una peligrosa enfermedad.
A pesar de sus indudables aciertos, como ocurre con otros films españoles arriesgados argumentalmente, Ibon tuvo problemas a la hora de financiarla.
Para: cualquier amante del alpinismo y de la Naturaleza.