Simpática comedia en la que la música y el romance vuelven a unirse de la mano, como ya vimos en Alta fidelidad.
Annie y Duncan son una pareja de casi cuarenta años que nunca han querido responsabilidades de ningún tipo, a pesar de llevar juntos quince años. La pasión entre ellos ha desaparecido algo que a Annie le preocupa. Sin embargo, Duncan vive inmerso en sus “frikadas” musicales, obsesionado en Tucker Crowe un músico americano que desapareció tras publicar el exitoso álbum ‘Juliet’. Pero, en un momento dado, los caminos de los tres se cruzarán de la forma más inesperada.
Como en películas tan amables como Un niño grande o En picado, Juliet, desnuda está basada también en una novela de Hornby. Aquí incide en un triángulo amoroso, mientras aborda la falta de compromiso y sus consecuencias. Todo ello narrado con un fino humor inglés, donde abundan los diálogos ingeniosos y las situaciones disparatadas, pero donde destaca el encanto de los tres componentes de ese triángulo: Annie tiene una personalidad que enamora, Duncan resulta un niño grande egoísta y Tucker Crowe es un cantante totalmente arrepentido de sus excesos en el pasado que solo pretende arreglar los entuertos que cometió; las escenas que comparte con su hijo pequeño tienen gracia, pero también emotividad.
Sobra en esta comedia el toque políticamente correcto de que la hermana de la protagonista sea lesbiana, cuya promiscuidad sexual no resulta en ningún momento divertida.
Para: fans de la comedia británica, a pesar de ser una coproducción con Estados Unidos