Coincide argumentalmente con otra comedia francesa, Vuelta a casa con mi madre, en que los gags más divertidos son aquellos provocados por las desavenencias entre los padres y el hijo adulto que regresa de nuevo al hogar primigenio, pero a quien los progenitores siguen viendo como un menor de edad.
Para mayor lucimiento de su guionista, directora y protagonista, Valérie Lemercier, lo cierto es que esta estrella francesa está estupenda metiéndose en la piel de Marie Francine, esa mujer de 50 años a quien su marido ha dejado por una jovencita y a la que, para más desgracia, echan al mismo tiempo del trabajo lo que le obliga a regresar a casa de sus padres. En esa tesitura conocerá a Miguel, un chef portugués, que pasa por la misma situación.
Comedia amable, más de sonrisa que de carcajada, sobre segundas oportunidades y amores otoñales. Valérie está bien acompañada en el reparto por otro monologuista también famoso en Francia como es Patrick Timsit. Ambos encarnan a personajes que resultan entrañables por su soledad, por su torpeza y por la forma de enamorarse el uno al otro a pesar de que, como nos confesaba personalmente Valérie, ninguno de los dos tiene fisonomía de “top models”.
Para: Los que les gusten las comedias francesas ligeras pero entretenidas