“Yo soy el puto sheriff de este puto pueblo”, perdonen las palabras malsonantes pero así se definía Harvey Weinstein, uno de los hombres más poderosos de Hollywood, fundador de los estudios Miramax, y quien durante tres décadas se convirtió en un auténtico depredador sexual de mujeres, que abarcaban desde actrices hasta empleadas de su propia compañía que, con los años, fue adquirida por Disney.
Ursula Macfarlane asume la dirección de este trabajo que recoge los testimonios de algunas de las mujeres que sufrieron abusos o amenazas por negarse a sus requerimientos sexuales, pero también de amigos de infancia, antiguos colaboradores, y periodistas que se enfrentaron a él a pesar de que se consideraba un hombre intocable. Las cifras lo dicen todo, los responsables del documental contactaron con 400 personas, que habían tenido tratos con Weinstein, de ellas solo 128 estaban dispuestas a hablar y muchas solo extraoficialmente. Finalmente, filmaron a 29 personas en el transcurso de 9 meses.
Evidentemente el documental contiene el “morbo” de escuchar las peticiones degradantes y los ataques que sufrieron sus víctimas, muchas de las cuales tuvieron miedo a colaborar, de ahí que las más conocidas que aparecen son las actrices Rosanna Arquette o Paz de la Huerta, pero la película deja al descubierto algo más peligroso: la impunidad con la que actuó este individuo por el silencio cómplice de políticos (veladamente se le vincula a los Clinton, a los que ayudó financieramente en campañas electorales), el propio Hollywood (un ejecutivo de Miramax dice sentirse avergonzado de no haber apoyado a una joven empleada de la compañía a quien Weinstein violó y a la que le unía una relación de amistad), y, por supuesto, periodístico, grandes monstruos como ‘The New York Times’ solo le atacaron cuando Weinstein estaba caído, puesto que ya en el 2002 Ken Auletta, escritor y periodista de ‘The New Yorker’, había adelantado los rumores que había sobre su presuntos acosos y ningún otro medio le siguió. ¿Adivinan por qué? Porque Weinstein era muy poderoso y repartía ingentes cantidades de dinero en los sectores claves.
Asombra que uno de los mayores investigadores sobre las maniobras de Weinstein sea Ronan Farrow, hijo de la actriz Mia Farrow y del director Woody Allen.
Como recordarán el escándalo Weinstein propició el nacimiento del movimiento Me Too. Y esa es la única nota criticable de este documental, que entre sus conclusiones parece acusar implícitamente a todos los varones, por el hecho de serlo, de ser presuntos candidatos a ser acosadores. No es casualidad que una feminista declarada, Ursula Macfarlane (One Deadly Weekend in America), sea la directora de este documental.
Para: los que les interese conocer más datos sobre el caso Weinstein y quieran descubrir sobre cómo se silenciaron las acciones de un depredador sexual durante 30 años.