Si estuviéramos hablando de un deporte diríamos que en Elemental la animación es de 10 mientras que su argumento no pasa del 5. Y es que, nuevamente, se nos cuenta la historia de Romeo y Julieta y las diferencias que tienen al pertenecer, en este caso, no a dos familias enfrentadas sino a elementos incompatibles. Porque la historia se desarrolla en Ciudad Elemento donde los residentes son Fuego, Agua, Tierra y Aire viven juntos. El conflicto estalla cuando Candela, una joven vehemente que es Fuego, se hace amiga del divertido Nilo, que es Agua, una relación que aparentemente parece condenada al fracaso por su incompatibilidad no sólo de estructura sino también social porque, para entendernos, ella sería una chica inmigrante de segunda generación y él, un chico de buena familia americana. Y es que el que fuera el estudio de animación más creativo y original, Pixar, sigue sin convencer.
Materialismo primitivo y un pelín panteísta, trufado de lucha de clases para mayor abundamiento. Muy discursiva al principio, y con pocos momentos divertidos, a priori no parece una película que pueda enganchar a los más pequeños de la casa pero tampoco a los adolescentes quienes, presumiblemente, se decantan por películas de superhéroes y del género de terror.
De tal forma que Elemental, como ocurre con otras producciones Disney Pixar, en lo que merece la pena es para observar cómo avanzan los efectos visuales en la industria de la animación. La dificultad de los mismos en esta cinta hizo que encargasen a dos equipos diferentes. Mientras uno se desarrolló los efectos digamos clásicos como explosiones o inundaciones, que tienen bastante importancia en Elemental, el otro, el de personajes, asumió el mayor reto: la creación de éstos, puesto que Fuego y Agua, la una porque no acaba de consumirse y el otro porque no es un recipiente que contiene agua, tenían que tener un esqueleto virtual en el que se anclaran ambos personajes.
Paradójicamente, lo que tiene mucho encanto es el cortometraje de Pixar que se estrena junto con Elemental, se titula La cita de Carl, escrito y dirigido por Bob Peterson. En el mismo se recupera al personaje Carl Fredricksen (protagonista de Up) y a su adorable perro que habla, Dug.
Para: los que vean todas las películas de Pixar, hasta las que decepcionan.