Comedia dramática inspirada en clásicos de aventuras del estilo de Mark Twain. Nos presenta a dos personajes descolocados; un joven pescador sumido en la tristeza y que ha perdido su medio de vida y otro, con síndrome de Down, ingresado en una residencia de ancianos y que solo aspira a escapar y convertirse en un luchador. La vida de ambos se cruzará, fortuitamente, y emprenderán un arduo camino.
Retrato de la América profunda, el film nos ofrece una imagen pintoresca de los habitantes de la zona que linda el río Mississippi y cuyo objetivo fundamental en la vida es sobrevivir ya que vegetan en condiciones de miseria. Pero lo sustancial de este emotivo film es la relación fraternal que se establece entre los dos jóvenes protagonistas, dos desheredados de la tierra, que encontrarán en su amistad el mejor antídoto contra el abatimiento. Ya saben, popularmente se suele decir que “la familia te toca y los amigos los eliges”, de ahí que no sea una perogrullada afirmar que si uno pudiera escoger a sus seres queridos habría, en ocasiones, más de una sorpresa.
Evidentemente hablamos de una “road movie”, por agua y tierra, donde se alternan momentos de drama y comedia, pero donde prevalece el “buen rollo”. De ahí que La familia que tú eliges se englobaría en ese grupo de películas positivas que nos hacen valorar los buenos momentos de la vida, normalmente acompañados de gente que nos quiere y a la que queremos.
Para: los que acudan al cine a ver películas amables, que levantan el ánimo.