Los mundos chocan y se produce el caos cuando Barry utiliza sus superpoderes para viajar en el tiempo e intenta cambiar un suceso dramático del pasado. El chaval sólo intenta salvar a su familia pero sin saberlo altera el futuro y queda atrapado en una realidad en la que el general Zod ha regresado y amenaza con la aniquilación de la Tierra , pero en la que no hay Superhéroes a los que recurrir. A menos que Barry pueda persuadir a un Batman muy diferente para que salga de su retiro …
Lo dice el propio Barry Allen/ Flash: “soy el conserje de los superhéroes”, pero en la aventura que nos ocupa demostrará que tiene “madera” para ser de los grandes. Lo cierto es que este enloquecido largometraje supone todo un homenaje a los superhéroes de DC y, lo que resulta más simpático en el caso de Batman, a todos los famosos actores que lo han interpretado y que tienen aquí su momento de gloria.
El argumento de esta aventura, protagonizada por el superhéroe que posee una rapidez sobrehumana, es recurrente en este tipo de films: sean de DC Comics o de Marvel, el conflicto fundamental reside en un malvado que quiere acabar con la humanidad y un héroe o superhéroes que intentan salvar el mundo. Lo novedoso en Flash es que en esta entrega hay humor y se topan dos Barrys (y podría haber muchos más en ese multiverso) que han madurado de forma diferente según la infancia que han tenido, algo tan impepinable como la vida misma. Su amigo, el Batman/Ben Affleck le advierte del peligro que supone su acción: “Si viajas al pasado no tienes ni idea de las consecuencias que puede tener”. Algo que enlaza con la actual tendencia equivocada de endulzar los cuentos infantiles clásicos que, gracias a su conflicto dramático tienen su moraleja y que distinguen perfectamente buenos de malvados, frente al relativismo moral actual de los relatos. Esa parte dramática tiene sentido para que los niños saquen sus propias conclusiones. El caso de las dos versiones de La sirenita de Disney (animada y acción real), es un ejemplo claro de edulcoramiento total: en el cuento clásico de Andersen la protagonista se sacrificaba y se convertía en espuma de mar para que el príncipe que amaba fuera feliz.
Entretenida pero, de nuevo, de un metraje excesivo que se alarga innecesariamente casi dos horas y media, la película en su desarrollo es como una montaña rusa llena de subidas y bajadas sorprendentes, algunas inexplicables, mostradas en un espectáculo visual poderoso y excesivo. El actor Ezra Miller está omnipresente en casi todas las escenas, debido a su doble papel. Para los espectadores españoles será una grata sorpresa encontrarse con la actriz madrileña Maribel Verdú, en un papel pequeño pero trascendental para la trama puesto que encarna a la cariñosa y vitalista madre de Barry.
Para: los que les gusten más las películas de DC Comics que de Marvel.