Tras años sin verse dos amigas vuelven a reunirse, una fue corresponsal de guerra y la otra es una afamada escritora. Se da la penosa circunstancia de que la primera se encuentra enferma de un cáncer terminal. Ante el miedo al sufrimiento, y la degradación personal en los últimos momentos, ha decidido recurrir a la eutanasia y le pide a su amiga que le acompañe en la habitación de al lado de una casa de lujo que ha alquilado en Woodstock. La enferma no quiere recurrir a su hija porque nunca tenido una relación próxima.  

Si algo le gusta a Pedro Almodóvar es dar vueltas alrededor de sí mismo y aunque dice que se inspira en el relato de Sigrid Núnez, titulado Cuál es tu tormento (2021), realmente toda la ideología que rezuma la película es  del cineasta manchego. Y ésta va desde una defensa de la eutanasia como muerte digna a un discurso antinatalista para salvar el planeta, que defiende en uno de sus diálogos el actor John Turturro y que provoca sonrojo ajeno por lo simplón. No falta la habitual “chispa” de Almodóvar contra todo lo que sea católico y así los carmelitas que salen en la película, y que siempre viven en zonas de conflicto, tienen sexo entre ellos porque lo utilizan como “escudo” contra el terror.  Porque no de otra cosa que de sexo se habla en esta película, ya que las dos mujeres se hacen confidencias de cómo se pasaron amantes, como quien se pasa un chicle de la boca. Naturalmente, es Almodóvar, en este discurso cinematográfico tan gratificante no falta la crítica a la ultraderecha, madre de todos los males…

No busquen profundidades, no existen. La antigua corresponsal defiende la eutanasia de una forma tan simplista, como si fuera a la compra….Y tiene gracia que diga que la pastilla letal la ha adquirido en la Dark Web. Recuerden que hablamos de un drama, no de una comedia

Todo es impostado en este film, por ejemplo, esos diálogos entre las dos mujeres, que parecen recitados a pesar de haber contado con dos actrices tan famosas como Tilda Swinton y Julianne Moore, quizás ello se deba a que es el primer largometraje de Almodovar rodado en inglés, ya que una de las mejores bazas del director manchego cuando trabaja con actores españoles es precisamente que suelen interpretar bien. Más aún, parecen de postal esas confidencias en el hospital o en las hamacas del jardín, que desconocemos si ha reutilizado de su película Hable con ella. Todo es plano y sin emoción en este film. Y, además, están mal insertados los flash back del pasado de la enferma y de su maternidad, no aceptada por su pareja.

Para: los que estén de acuerdo con las ideas de Almodóvar.