Película sobre apariciones marianas. Como no es española, resulta medianamente respetuosa con los cristianos
Según el director Xavier Giannoli, fue su posición respecto a la religión y la fe lo que le llevó a interesarse por las apariciones marianas, tras leer un artículo sobre las comisiones creadas para investigar estos fenómenos preternaturales. Así descubrió que, para autentificarlo, se realiza un riguroso examen de los hechos basado en cuatro puntos: la personalidad del sujeto, el contenido de la aparición, la forma de ésta y su finalidad. Con estos mimbres coescribió junto con Jacques Fieschi el guion de esta película a la que tuvieron el acierto de darle las características de un film de suspense. El resultado es bastante apasionante a pesar de su ritmo sosegado, en algunos momentos, y su extenso metraje (144 minutos)
El actor Vincent Lindon está espléndido interpretando a un incrédulo periodista, fogueado en conflictos bélicos, al que le piden ayuda para colaborar en una investigación sobre la presunta aparición de la Virgen a una joven novicia, Anna, en Francia. Acompañando a un comité variado de expertos, la mayoría de ellos creyentes, este hombre se reconciliará consigo mismo.
En la película, y como documentación, se ofrecen breves trazos de apariciones marianas ocurridas en el siglo XX, algunas autentificadas por el Vaticano y otras no. No obstante, acertadamente, no toma partido en ningún momento, mientras que la historia ficticia que narra es siempre respetuosa, a pesar de dejar sobre el tapete lo “conveniente”, desde el punto de vista económico, que suele ser para una localidad la mera suposición de ese fenómeno o la figura de los aprovechados que se suben “al carro” por interés, no por creencias. Esa atmósfera desasosegante de todo el desarrollo está bien respaldada por composiciones musicales de Arvo Pärt, el recientemente desaparecido Jóhann Jóhannsson y otros.
Para: los interesados en conocer algo más de fenómenos sobrenaturales.