Dirigida especialmente a cinéfilos, que conozcan al dedillo el nombre de profesionales de la época dorada de Hollywood, Mank es una biografía sobre Herman Mankiewicz, guionista de Ciudadano Kane, lo que sirve como excusa para repasar el proceso de rodaje y todos los avatares que conllevó la considerada obra maestra de Orson Welles. La película está dirigida por uno de los cineastas más aplaudidos de los últimos años, el irregular David Fincher, responsable de películas tan aplaudidas como El curioso caso de Benjamin Button, La red social o, más recientemente, Perdida. Se da la circunstancia de que ha tomado como base un guión escrito por su propio padre, Jack Fincher, antes de morir, en el año 2003.
Se trata de una propuesta arriesgada desde el momento en que está rodada en blanco y negro, tiene un metraje que supera las dos horas y resulta, en algunos momentos, algo opaca, por la cantidad de detalles que aporta.
El respetado actor Gary Oldman se mete en la piel del guionista alcoholizado dándole la personalidad adecuada, mientras el relato retrata a la perfección las presiones que desde el poder se ejercían sobre los guionistas. Lo vimos también en Trumbo, de Jay Roach (2015), donde se narraban las penalidades por las que tuvo que atravesar, por sus convicciones políticas, el famoso guionista de Vacaciones en Roma o Espartaco.
Una cuidada puesta en escena, que nos traslada perfectamente a los años 40 del pasado siglo XX, y una fotografía magnífica, son algunos de los elementos técnicos que parecen que estarán nominados en los próximos Óscar del 2021.
Sin olvidar un elenco coral que nos hace recordar figuras como la de Orson Welles, la olvidada actriz Marion Davis (encarnada de forma maravillosa por Amanda Seyfried) o el magnate de prensa William Randolph Hearst.
La película puede contemplarse en la plataforma Netflix desde principios de diciembre.
Para: Los que les fascine la película Ciudadano Kane o, simplemente, sepan valorar el cine clásico