Los cuentos clásicos más conocidos tienen una parte oscura que, destinados a los pequeños de la casa, se endulzaron con el paso de los años y las versiones cinematográficas.
Pero, los que conocen la trayectoria del director Matteo Garrone, responsable de títulos como Gomorra o El cuento de los cuentos, saben que el único interés por adaptar un relato como el de Pinocho, residía en ofrecer la verdadera raíz de la historia de Carlo Collodi donde no falta la crueldad.
Publicada entre los años 1882-83, desde el principio se cuestionó el público al que iba dirigida porque contiene pasajes muy “fuertes”, que están recogidos en este film, como aquel en el que el zorro y el gato, dos estafadores, intentan por todos los medios quitarle a Pinocho sus monedas de oro por lo que le atrapan y acaban colgándole de un árbol. Un capítulo que se ha suavizado considerablemente en versiones posteriores.
El actor y director Roberto Benigni, mundialmente famoso gracias a su película La vida es bella, actúa de forma contenida para dar vida a Gepetto, un carpintero pobrísimo que talla una marioneta que cobra vida y a la que intenta criar como a su propio hijo, sacrificándose por él hasta extremos inusitados. Como en la obra original, el largometraje reproduce el claro contenido moral sobre la educación que se debe dar a los vástagos y los peligros a los que se exponen cuando desobedecen a sus progenitores.
La forma de abordar visualmente este cuento universal ha sido desde una perspectiva neorrealista, ambientándolo en un contexto histórico donde los habitantes padecen una gran pobreza, pero introduciendo pasajes llenos de magia donde la decoración es abigarrada y ciertos personajes parecen sacados de una pesadilla.
Muy cuidada en sus aspectos técnicos, destaca la parcela de maquillaje, responsabilidad de Mark Coulier, ganador del Óscar en dos ocasiones por El Gran Hotel de Budapest y La dama de hierro, quien ha realizado un increíble trabajo en la figura de Pinocho y otros personajes donde ha recurrido también a un excelente maquillaje protésico. Los efectos visuales son obra de Rachael Penfold y de su equipo en One Of Us, un estudio de efectos visuales con sede en Londres, conocido por su espléndido trabajo en Aladino, El renacido y The Crown..
Por tanto, la nueva versión de Pinocho no es una película adecuada para niños pequeños, por su crudo contenido, pero salvo adultos muy aficionados a los cuentos clásicos no vemos a los jóvenes aceptando un relato de estas características, puesto que huyen de cualquier contenido moral, a menos que esté tácito o tenga un tono épico como ocurría en la trilogía de El señor de los anillos.
Para: los jóvenes- adultos que les gusten los cuentos. No es apropiada para niños pequeños.