Posiblemente Plantados será silenciada en su estreno en nuestro país, porque hay demasiados intereses políticos que se oponen a narrar las tropelías cometidas por el comunismo, en este caso lo ocurrido en Cuba tras la subida al poder de Fidel Castro.
Basado en hechos reales, cuenta las atrocidades que padecieron un grupo de presos políticos cubanos, en los inicios de la dictadura castrista, después de haber apoyado a Fidel en su lucha contra Batista. Su pecado fue que se negaron a someterse a un plan de reeducación a cambio de reducir sus condenas, por lo que fueron objeto de vejaciones y torturas. Ellos se autodenominaban Plantados, ese nombre obedecía a que esos hombres estaban enraizados en sus convicciones políticas e, incluso, religiosas, y pedían democracia y libertad para Cuba.
El director Lilo Vilaplana, que había hecho una serie documental para televisión entrevistando a exiliados cubanos en Miami, fue el elegido para llevar a buen puerto esas duras vivencias. En el guión trabajó, codo con codo, con dos de los expresos políticos, Ángel Santiesteban y Juan Manuel Cao.
Con imágenes explícitas crudas, y muy violentas, que reflejan el horror que vivieron esos hombres en prisiones insalubres, algunos durante décadas o los fusilamientos de cientos de encarcelados sin juicio previo, el largometraje también describe las dificultades de sus familiares para salir adelante, en una sociedad que los señalaba como anticastristas
Evidentemente, no es una película cómoda de ver, es durísima, pero hay que contemplarla para saber la deriva que conlleva el comunismo cuando se instala en un país.
La película está de vigente actualidad, cuando se suceden en la isla, desde hace meses, concentraciones de protesta que exigen democracia y libertad.
Para: los que quieran conocer la cara más oscura del Castrismo, la que casi nunca nos cuentan