Uno de los personajes más desagradables del film, la “madame“ de un burdel, declara: “hay que experimentar todo, no sólo lo bueno, también la degradación, el horror, la tristeza, así conocemos mejor el mundo…” y esta aseveración parece una declaración de intenciones del provocador director Yorgos Lanthimos, ante quien Hollywood se ha rendido otorgando a esta película 11 nominaciones en los Oscar de 2024.
Originalidad no es sinónimo de sordidez ni de perversidad, por mucho que sean las señas de identidad de las películas de este cineasta.
Así, Pobres criaturas es un cuento gótico, grotesco, basado en el libro de Alasdair Gray, donde la obsesión sexual malsana y habitual del director griego (ya lo pudimos comprobar en otros films anteriores como La favorita) llega a su culmen. Sigue los pasos de una joven, de origen misterioso, llamada Bella quien, al igual que la criatura de Frankenstein, en revivida por un poco ortodoxo doctor. Esta joven, que califican de “pura” porque tiene el cerebro de un bebé, y no paso a detalles escabrosos por no hacer spoiler, decide salir al mundo, sin tener ningún filtro verbal y con un insaciable deseo sexual, acompañada de un perverso abogado y acabará recalando en un burdel de Paris.
Que una famosa actriz como Emma Stone (nominada a mejor actriz por su trabajo en este film) sea productora de esta película y se pliegue a protagonizar escenas sexuales repetitivas, explícitas y de una sordidez extrema, reconozco que me desarma.
Más o menos en la publicidad de la película afirman que es una comedia, dicen que su protagonista lucha por su libertad, por la igualdad y justifican que se empodera por vender el cuerpo a quien quiere, por cierto a unos personajes de un físico totalmente repulsivo, según esto las prostitutas que no tienen “chulo” serían las mujeres más libres del planeta… Todo ello me hace pensar que Lanthimos tiene un estercolero en su mente para realizar una puesta en escena tan sordida Algunos alegarán que hace una crítica al cientifismo en la figura del doctor, que defiende que su padre, también cirujano, experimentó en su cuerpo cuando era niño, convirtiéndole en un ser monstruoso en aras de la ciencia. Además para rizar más el rizo de barbaridades, la película es antimaternidad puesto que la protagonista llamaba monstruo al hijo que tenía en su seno…
Por cierto, la película es de Searchlight Pictures, la división de cine independiente y de autor de los estudios Disney. Si el fundador Walt Disney levantase la cabeza, y viera lo que producen los estudios que él fundó…aunque Searchlight Pictures, sea la antigua Fox.
Para: Nadie