Cuatro personas, un hombre, dos mujeres y un niño, desean la muerte. Será entonces cuando todos ellos conozcan a un misterioso individuo que les regalará una semana de tiempo donde redescubrirán qué sería el mundo sin ellos mientras les intenta convencer de que la vida, a pesar de todo, merece la pena.

Por esta sinopsis breve algunos pensarán que nos encontramos ante una película similar a la maravillosa Qué bello es vivir, de Frank Capra, en la que un ángel mostraba al protagonista la buena labor que había hecho con los demás. Pero, hurgando en el argumento, en lo único que coinciden ambas películas es en la constatación de la naturaleza única de cada ser humano. Porque realmente esta historia, dirigida por Paolo Genovese y coescrita con la colaboración de Paolo Costella, Rolando Ravello e Isabella Aguilar, realiza una certera radiografía de la sociedad actual y de una de sus mayores tragedias: el aumento de suicidios en las sociedades occidentales, muchos de ellos entre menores de edad… En la misma se habla de soledad, de desesperanza, de aislamiento, del peligro de las redes sociales cuando se utilizan mal o del bullying. Precisamente impacta mucho  la historia del niño que quiere acabar con su vida porque sufre acoso escolar en el colegio debido a su gordura y a los retos que cuelga en redes, todo ello agravado porque tiene un padre tóxico que le obliga a hacer comilonas salvajes. Esta subtrama saca a  a luz que para muchos menores, el hogar, que debiera ser su refugio ante problemas exteriores, es mucho veces un lugar donde los niños se sienten utilizados o mal atendidos y, en el peor de los casos, incluso maltratados.

La cabeza de Paolo Genovese está bien amueblada y en Italia es un director muy reconocido. En España su nombre empezó a sonar porque fue el coguionista, junto con Paolo Costella y Rolando Ravello, de Perfectos desconocidos, que funcionó fenomenal en su país y que en España adaptó de forma libre Alex de la Iglesia, y que también logró una buena recaudación. Precisamente uno de los intérpretes de la película italiana, Valerio Mastandrea, repite en este film al lado de dos auténticas estrellas del cine italiano Toni Servillo y la exquisita Margherita Buy.

Para: los que les guste el cine de calidad europeo o las películas que se presten al debate.