Lara es una gran virtuosa del piano y el mismo día de su sesenta cumpleaños coincide con el concierto de piano más importante de la carrera de su hijo, Víctor, a quien presionó desde niño para convertirse en músico. No obstante, nada saldrá como ella espera.
Las expectativas que los padres depositan en sus vástagos pueden llegar, en algunos casos, a resultar asfixiantes. Y muchas veces son resultado de su propia frustración. Un buen ejemplo es la protagonista de este drama impactante, donde se palpa la soledad pero, al mismo tiempo, la facilidad de ciertas personas por amargarse y conseguir hacer la vida imposible a todos los que les rodean, incluso a sus seres queridos.
Corinna Harfouch, en una actuación sin fisuras, transmite esa personalidad torturada pero totalmente verosímil, bien dirigida por el director alemán Jan-Ole Gerster, quien agradó con su ópera prima Oh Boy y vuelve a asombrar favorablemente con este drama.
Película para la reflexión, y adecuada para un cinefórum de padres: el tono y el ritmo en el que está contada la historia es el adecuado pero no hay ni un resquicio para la esperanza. Tom Schilling también está magnífico y se consolida como uno de los mejores actores de su generación, con trabajos en películas tan interesantes como la extraordinaria La sombra del pasado, que desgraciadamente no tuvo ninguna aceptación en nuestro país, a pesar de ser del mismo director de La vida de los otros.
Para: los que les guste el cine de calidad, pero desesperanzado.