En la ciudad de Chicago, en el año 1956, Leonard es un sastre inglés que se gana la vida en su pequeño negocio, en el que sus principales clientes son una peligrosa familia de gansters. Estas malas compañías le harán enfrentarse a una noche fatídica y, para sobrevivir, deberá desplegar todo su inteligencia e ingenio.
Con un escenario único, lo que le otorga cierto aire teatral, los giros argumentales y las buenas actuaciones son la nota característica de este thriller criminal bien cerrado. Un guión lleno de sorpresas que nos recuerda que El sastre de la mafia supone el debut como director de Graham Moore, aclamado en su parcela de escritor en imágenes por su trabajo en The Imitation Game (Descifrando Enigma). Como en aquella (por la que consiguió el óscar al mejor guión en el año 2015), todo el desarrollo está especialmente cuidado, especialmente los diálogos, que están bien defendidos y dan lugar a excelente duelos interpretativos entre el personaje del sastre, o como él se denomina “cortador”, y la mano derecha del jefe de los mafiosos. A este respecto muchos han afirmado que el papel del protagonista, Leonard, estaba hecho a medida del actor Mark Rylance, pero lo cierto es que este veterano actor es concienzudo y creíble en todo aquello que interpreta, recuerden su impecable actuación en El puente de los espías, que le sirvió para llevarse a casa el Oscar a mejor actor de reparto.
El único escenario interior donde se desarrolla la acción y el suspense con malos tipos (estupendo también como matón el actor Johnny Flynn) inequívocamente también a algunos les recordará a la magistral película La soga, de Alfred Hitchcook, porque también en aquella se jugaba con la relación entre un profesor y dos alumnos, aquí entre el sastre y su ayudante pupila, y la acción transcurría en una sola noche.
No obstante en ese perfecto ejercicio de guión que ejecuta Moore, lo más destacado es que ha narrado una historia de mafiosos diferente, en la que recalca la existencia de hombres malvados instalados en cualquier país, no es casualidad que conozcamos que el sastre ha huido de Reino Unido a Estados Unidos y ha vuelto a encontrarse, de nuevo, con individuos de la peor calaña.
Para: los que les gusten las películas con giros argumentales.