En un humilde barrio de Sevilla vive la joven Ana junto a su familia. Tienen una situación económica bastante precaria y están a punto de ser desahuciados. Será entonces cuando la madre decide engañar a una agencia que acoge estudiantes extranjeros en hogares acomodados de la ciudad y fingir ser una familia adinerada que vive en uno de los mejores barrios. Ariel, un estudiante afroamericano de EEUU, se verá obligado a convivir en un hogar cuyas costumbres no dejan de sorprenderle…
Con un humor blanco que desarma, en esta farsa con toque andaluz abunda el buenismo argumental pero cuenta con unas situaciones surrealistas que provocan la carcajada; las escenas que transcurren en la mansión, que fingen es su casa, son muy graciosas. Pero, quizás, por lo que destaca esta película de reparto coral es porque su ADN posee valores, desde el momento que hace una clara defensa de la familia, donde se acoge con cariño a los miembros sea cual sea su problema, además de rendir un precioso homenaje a los mayores en la figura de esa abuela, algo demenciada pero a quien todos miman (maravillosa María Alfonsa Rosso).
Además, como ha afirmado su director Vicente Villanueva, aporta elementos de la comedia clásica como las situaciones derivadas “del choque de culturas o los equívocos que provoca el cambio de idioma”
La naturalidad es la nota dominante del trabajo de todo el reparto, empezando por la pareja “romántica” de Carolina Yuste y Sergio Momo, aunque la que es una “fuerza de la naturaleza” es Estefania De los Santos, que encarna a esa madre superviviente capaz de hacer cualquier cosa con tal de salvar a su familia. Este personaje es carismático a pesar de ser una auténtica “jetas” de la que huiríamos en la vida real.
Sevillanas de Brooklyn posee todos los tópicos sobre los andaluces que pueden imaginar y da la impresión de que es un producto preparado para la venta al exterior, no solo porque Ana, encarnada por Carolina Yuste, es profesora de sevillanas sino porque muestra Sevilla con su mejor cara, no la de postal sino la popular.
Heredera de la comedia costumbrista de pillos, Sevillanas de Brooklyn cumple perfectamente el objetivo de ser una película familiar que entretiene y divierte.
Para: los que les gusten las comedias españolas simpáticas.