Elisabeth es una veterana actriz y presentadora de televisión que goza de un envidiable físico a sus 50 años, pero su jefe cree que está mayor y quiere reemplazarla por una jovencita. Circunstancialmente, un hombre le hablará de un remedio casi mágico que dará lugar a una Elisabeth más guapa y más inteligente, la mejor versión de ella misma, pero siempre teniendo en cuenta que las dos son una y que cada siete días tendrán que dar paso a que viva la otra.

Una de las frases más conocidas de la genial actriz Bette Davis era “Envejecer no es para gallinas” y, precisamente, del miedo a hacerse anciano y del culto al cuerpo buscando la perfección se habla en este film. Paradójicamente lo que denuncia, es decir cambiar de físico buscando la eterna juventud, es lo que ha hecho en la vida real su protagonista, la actriz Demi Moore, irreconocible para los que disfrutamos en su juventud del drama romántico Ghost.

Cuento tenebroso que claramente revisita el inteligente relato de “El retrato de Dorian Grey,” de Oscar Wilde, puesto que el tema central de La Sustancia es de rabiosa actualidad cuando la cirugía estética está a la orden del día y nadie quiere ni ser imperfecto ni envejecer. Algo que es más palpable entre la gente que trabaja en los medios audiovisuales y vive de su imagen. El relato, que empieza con un contenido fantástico pero profundo, también denuncia el machismo que pone el listón alto y frívolo en el físico de las mujeres, que deben ser ante todo guapas, pero también es crítico con los jóvenes a los que se muestra prepotentes y poco empáticos con la gente más débil. Lástima que su desarrollo desemboque en un relato excesivo tanto argumental como visualmente, una auténtica “ida de olla” de la directora.

De un metraje alargado innecesariamente (dura más de 140 minutos), se detiene excesivamente en las sesiones de gimnasia televisiva de la protagonista en su versión más joven, pero la bofetada en la cara la siente el espectador a medida que avanza la historia y cuando se convierte en un relato de terror gore que recuerda en algunos momentos, pero todavía de forma más sórdida y grotesca, a algunas películas de David Cronenberg (ExisteZn, La mosca) 

Para: los que les gusten las películas excesivas y gores.