Durante el reinado de Napoleón, el delincuente François Vidocq se ha convertido en toda una leyenda de los bajos fondos parisinos porque ha realizado la proeza de escapar de dos prisiones de seguridad. Escondido tras el oficio de un comerciante de telas es descubierto, y acusado de un crimen que no ha cometido, lo que le lleva a hacer un pacto con la policía a cambio de su perdón: capturará a todos los ladrones y asesinos que pululan por la convulsa Paris.
Superproducción francesa alrededor de la figura real de Eugène-François Vidocq, un personaje histórico muy carismático en el país galo debido a su emocionante vida. No es la primera vez que se realiza un acercamiento cinematográfico de importante presupuesto, en el año 2001, Pitof hizo una especie de cuento fantástico protagonizado por Gérard Depardieu. En esta película el protagonismo recae en el veterano actor Vincent Cassel.
Lo que más sorprende de este film es su increíble puesta en escena que retrata con precisión milimétrica el Paris de la época napoleónica, incluso en los trajes que lucen los cientos de personajes que vemos en la pantalla. Pero su director, Jean- François Richet ha intentado incluso otorgarle cierto toque sociológico al describir, con breves trazos, cómo vivían o, en algunos casos, sobrevivían los diferentes ciudadanos de la ciudad, donde las diferencias de clases de aquella época eran abismales y pocos lo hacían en unas condiciones aceptables. Merece la pena resaltar que fue filmada en la propia ciudad del Sena con lo cual el rodaje fue más complicado pero el resultado visualmente es espectacular porque cuando se reconoce una calle, o un monumento, no es una recreación digital sino real. Como se retrata a un personaje que se dedicaba a atrapar malhechores la otra nota distintiva es su violencia, se trata de una película con muchísima acción que no evita escenas crudas.
Este nuevo encuentro cinematográfico con Vidocq resulta en su desarrollo algo confuso, quizás porque se trata un personaje sobre el que los franceses poseen mucha información, es muy conocido, algo que no ocurre con los espectadores de otros países.
Pero por mucho que sublimemos la revolución francesa, nada puede hacer olvidar que resultó una baño de sangre... muy ilustrado.
Para: los que les guste el cine histórico bien recreado aunque contenga violencia.