Santiago Segura ha sabido tocar la tecla exacta del cine familiar, de ahí que no solo haga secuelas de su franquicia Padre no hay más que uno, sino también de A todo tren. Recordemos que, de forma “sui generis”, esta saga está inspirada, a la española, en Solo en casa, desde el momento que lo que plantea es que no uno, sino varios niños, se quedan sin el cuidado de sus mayores.
Hace exactamente un año Ricardo y Felipe fueron los encargados de llevar a los niños a un campamento en Asturias pero, por una serie de errores, se quedaron fuera del tren y los niños, con gran alborozo, dentro y solos. Para evitar nuevos percances Clara decide llevarles personalmente acompañada de su amiga Susana, pero ahora serán ellas las que verán como todo se complica.
Hay pocas sorpresas argumentales en esta segunda entrega, salvo que Santiago Segura ha pasado el testigo de la dirección a Inés de León, que también tiene un papel destacado en la trama, en concreto interpreta a una joven que intenta llegar a su propia boda y, desgraciadamente, se cruza en el camino con Clara y Susana, la primera totalmente sobrepasada por la situación y la segunda (interpretada con mucha gracia por Paz Padilla) porque es una auténtica locuela metepatas. Realmente Padilla es la gran baza de humor de esta comedia porque puede estar algo histriónica en su actuación pero a esta mujer no se le puede negar que tiene vis cómica.
Al igual que en la primera repiten los niños Sirena Segura, Javier García, Eneko Otero, Luna Fulgencio, Verónica López y Alan Miranda, pero también los “amiguetes” que siempre trabajan en las películas de Segura, sean las de Torrente o las dirigidas a todos los públicos como ésta, es decir Leo Harlem, Florentino Fernández o Carlos Iglesias, que cumplen perfectamente con sus cometidos. También se reconoce, en el papel de guardia civil, a Marta González de la Vega, que es la coguionista con Santiago Segura de las dos entregas de A todo tren y de las tres de Padre no hay más que uno.
Lo cierto es que los gags humorísticos de este filme, los que transcurren en el accidentado viaje en carretera de las “dos chicas”, o los que suceden en el avión les harán la misma gracia a adultos que a niños.
Para: los que quieran llevar al cine a los niños y no encontrarse sorpresas argumentales.