Vaiana se ha convertido en la heroína de su pueblo, ya que es una curtida navegante tras haber pasado tres años desde los acontecimientos ocurridos en la primera entrega. De forma repentina recibe una inesperada llamada de sus antepasados que le revelan que la única forma de salvar a su gente será encontrar a otros pobladores de una isla de la que no se tiene ninguna noticia desde hace mucho tiempo. Será entonces cuando se embarque en una peligrosa aventura, con una tripulación singular, que le llevará a lejanos mares de Oceanía y donde pondrá a prueba su valor y se enfrentará al malvado de turno, en este caso, el todopoderoso Nalo. Al igual que ocurrió en Vaiana, la heroína estará acompañada de Maui, el semidios torpón del que se hizo amiga en la primera película.
Ocho años después del estreno de Vaiana, llega esta secuela que es más de lo mismo, tanto es así que hay pocas novedades argumentales y los nuevos personajes que incorpora no tienen excesivo carisma. La trama resulta todavía más enrevesada en cuanto a dioses malvados que la primera entrega, ofrece pocas sorpresas en su desarrollo y el poco humor que tiene se lo debe a los personajes que ya conocimos; es decir a los divertidos y expresivos tatuajes móviles que tiene en el pecho Maui y a las mascotas de Vaiana, tanto el gallo metepatas como el cerdito. Entre los personajes nuevos, el más simpático es Simea, la hermana pequeña de Vaiana, que la admira profundamente pero que, al ser menor, no puede embarcarse en los peligros que conlleva la travesía de su hermana. Todo ello deriva en una película de animación digital fantástica, que vuelve a agradar por la magnífica recreación, por ejemplo, del agua del océano, pero de argumento en algunos momentos aburrido, y eso que la película dura escasamente 100 minutos.
Como en Vaiana, la película está inspirada en leyendas e historias orales de las islas de Oceanía y se han cuidado detalles nimios como la forma oscilante con la que anda la protagonista, de cuerpo de formas redondeadas, o cómo maneja los aparejos del barco en el que inicia su aventura.
Película que no entrará en la lista de las mejores de Walt Disney Animation Studios, y que supone el debut en la dirección del samoano David G. Derrick Jr., mientras que el apartado más destacado de esta entrega es la banda sonora, que cuenta con canciones de Abigail Barlow y Emily Bear, mientras siguen en el proyecto los compositores Opetaia Foa'i y Mark Mancina.
Para: los que vean, todavía, con sus niños, todas las películas Disney.