El amor, la maternidad, la reconciliación pero también el viaje de la infancia a la madurez están presentes en esta comedia dramática, de contenido amable y optimista, que tiene como protagonista a una pareja de exilados españoles que intentan dejar el pasado atrás y volver a su país en verano, acompañados del hijo de sus señores, al que quieren y consideran... un hijo.
El escritor de origen estadounidense y francés, Alan Jolis, conoció España en el año 1965 gracias al viaje que hizo con la mujer que le había criado y que trabajaba de cocinera en casa de su padre, el embajador americano en Paris. Los maravillosos y emotivos recuerdos por nuestro país lo plasmó en su libro “Speak Sunlight” que Carol Polakoff ha dirigido en lo que constituye un proyecto personal que emprendió hace 25 años cuando conoció al propio Jolis.
La película, dado que está contada desde el punto de vista de Jolis, entonces un chaval, tiene un toque fresco y de sorpresa por todo lo que se encontró “exótico” en una España que todavía vivía sumida en el franquismo. Pero todo está narrado de forma ligera.
Relato lleno de buenos sentimientos, Polakoff ha contado, para interpretar a la pareja protagonista, con los populares actores Carmen Machi y Karra Elejalde, que poseen mucha química, y se reúnen de nuevo en la gran pantalla, diez años después del gran éxito de taquilla que fue Ocho apellidos vascos. Están acompañados de un apropiado debutante en el cine: Matteo Artuñedo. Pero no sólo es destacable el apartado interpretativo sino también en la parte técnica. Así, el veterano director de fotografía José Luis Alcaine ha sabido plasmar la maravillosa luz que requería la película mientras el joven y talentoso compositor Lucas Vidal hacía lo mismo en la música.
Al igual que ocurría con la novela 'Fiesta', de Ernest Hemingway, parte de la película transcurre en Pamplona, durante las Fiestas de San Fermin, debido a que era donde vivían los protagonistas antes de exiliarse, aunque las imágenes que se ven de corredores se filmaron en otra localidad navarra, en Estella.
Como en otras películas españolas hay un exceso de 'tacos' pero también anécdotas simpáticas, como la persecución que sufre el adolescente, por parte de la Guardia civil, tras el beso -consentido- que le da a una joven lugareña.
Para: los que les gusten las comedias dramáticas amables