La Reina Letizia tiene dos agendas: aquellas en la que participa con entusiasmo, como la inauguración de la Feria del libro, y aquellas otras a las que se ve obligada a asistir. El problema es que el contrapeso que suponía SM Juan Carlos I ya no existe. Ahora, todo depende de Felipe VI, con un Pedro Sánchez empeñado en quitarle protagonismo.

 

La semana también ha venido marcada por la impresentable clase política española. El veleidoso Albert Rivera no se entiende con el ególatra Pedro Sánchez. Iván Rodríguez pensando que hay un pacto con Rivera, pero este se lo esta poniendo difícil.

Reunión de Bildelberg, esa masonería de salón, que ahora tiene como responsable en España a Ana Botín. ¿Sirve como tanque de ideas? No, pero sirve como mercado de Intereses.

Nació con 250 gramos de peso y ya esta en su casa. Saybie es un ejemplo vivo contra la barbarie del aborto. El principal argumento del aborto es que no se mata a un ser humano, porque lo que se elimina es demasiado pequeño. Un criterio que nos lleva a valorar más a un Cassius Clay que a Teresa de Calcuta. Por ejemplo.

Donald Trump ha impuesto un arancel comercial a México porque este país no reduce la emigración ilegal, que pasa clandestinamente a Estados Unidos. Mejor los castigos comerciales que el muro pero, en cualquier caso, Trump olvida que Estados Unidos es un país hecho por emigrantes.

Hay que insistir. La economía española todavía marcha bien por, un dato tras otro, desde el déficit público a la balanza de pagos, conocida el viernes. El déficit fiscal comienza a descontrolarse y el superávit de la balanza comercial comienza a caer.  Los augurios no pueden ser peores. Esperemos que Sánchez no acabe como Zapatero.