Una voz tenebrosa surgió del ordenador y reclamó al pobre usuario de Minnesota: “Vooooota a Donald, Vooooota a Trump”
Ríos de tinta, océanos de bits y de gigas corren por la red hablando, sin parar, entusiasmados con la nueva guerra cibernética. No se lo van a creer, pero los espías rusos, los hijos de la KGB, ahora llevan gafas de montura y son unos frikis del ordenador.
Ahora bien, lo que todavía no me han explicado es cómo los piratas informáticos consiguen que alguien vote a Donald en lugar de a Hillary.
¿Dónde está el director de Interpol, el chino Meng Hongwei?
¿Un chino al frente de Interpol? Pues hombre, yo me lo pensaría. Y ahora, tras un viaje a su país, va y desaparece. Se supone que la policía era la que encontraba a los desaparecidos, no la desaparecida.
¿Qué será lo próximo? ¿Terrorismo contra los jueces?
Resistiré. Pedro Sánchez: Nada de elecciones anticipadas. Necesita dos años para hacerse un estadista
Nuevo Gobierno, que exhibe sonrisa, pero la verdad es que la relación entre sus miembros, y especialmente entre sus ‘miembras’, no es precisamente buena. Y con mayoría.
Es igual, Pedro Sánchez sigue al Dúo dinámico.: “Resistiré”. Hasta el final de legislatura y más allá.
Sánchez necesita dos años para hacerse un estadista.
El frentepopulismo se mantiene por el odio común, no por el objetivo común
Y habló él, el gran hombre, Pablo Iglesias. El líder de Podemos ofrece –él así de generoso– un gobierno de coalición a Pedro Sánchez, es decir, una soga al cuello.
Porque ya ha advertido que hay líneas rojas (moradas, que el nuevo comunismo podemita nació feminista y moderado) que el frentepopulismo no puede traspasar: sobre todo dos: hay que hacer la república y hay que fastidiar las Iglesias. El resto es negociable.
Calumnia, algo que queda. ¿Y si resulta que las acusaciones al juez Kavanaugh eran mentira? ¿Deberían ir a la cárcel las acusadoras?
Las mujeres que acusaron a Kavanaugh de agresión sexual (podían ser 300 pero al parecer solo eran tres) solicitaban una investigación del FBI. El FBI investigó y no encontró nada delictivo en el aspirante a juez del Tribunal Supremo.
Pero la calumnia ya ha quedado y nada les ocurrirá a las calumniadoras.