Parece que a Toyota se le complica recuperar el liderazgo mundial que Volkswagen le arrebató en 2016, pues prevé ganar menos por la fortaleza del yen, lo que reduce la competitividad y las remesas exteriores de las compañías niponas. En 2018, ocupó el tercer puesto del ranking, tras el grupo alemán y la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi.
El mayor fabricante de automóviles japonés ha aumentado su beneficio operativo un 8,7%, hasta los 6.250 millones de euros, entre abril y junio, siendo su mejor trimestre desde el periodo julio-septiembre de 2015. Y todo ello, gracias a la subida de ventas: 2,71 millones de unidades (+3,6%), sobre todo, por la mejora en el mercado nacional.
Toyota ha revisado a la baja sus previsiones de beneficio neto y operativo, así como de facturación para este año. Recuerden que en el último ejercicio fiscal ganó un 24% menos.