Air New Zealand, al igual que Qantas, se ha visto afectada por el encarecimiento del combustible, pues ha ganado 150 millones de euros en su último año fiscal, un 31% menos respecto al anterior. En concreto, el precio del crudo ha subido en 110 millones.
La aerolínea neozelandesa también ha tenido que afrontar mayores costes operativos porque buscó mejorar la resistencia frente a los problemas globales de los motores Rolls-Royce, así como una menor demanda. Mientras que los ingresos han ascendido a 3.342 millones (+5,8%).
Resultados “notables” para el presidente de Air New Zealand, Tony Carter, dadas las dificultades en que se lograron. Pero están “decepcionados por no haber alcanzado las expectativas” que se fijaron al principio del ejercicio.