Siempre se ha dicho que la OCDE, Ángel Gurria, ‘ha tratado bien a España’ y que Pierre Moscovici ‘miraba con buenos ojos’ a su colega de partido, Pedro Sánchez. Pero todos sabemos que las peores bofetadas son las de los que te quieren, a pesar de que te digan que lo hacen por tu bien... y esta semana ha recibido unas cuantas el Gobierno en funciones.
La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico rebajaba el jueves su previsión de crecimiento para España hasta el 2% este año y al 1,6% en 2020. Un recorte de dos y tres décimas respectivamente que sitúa su estimación en línea con los principales organismos.
En anteriores previsiones, la OCDE pronosticaba que el paro en España iba a caer del 14% pero, las estimaciones que ha hecho públicas hace tres días empeoran el dato que se queda por encima de ese porcentaje… no solo este año sino también el que viene. La Organización de Gurría señala que hay una ralentización evidente a la hora de crear puestos de trabajo si tenemos en cuenta la evolución de la población activa. Y esto es preocupante porque si llevamos desde el 2013-2014 generando crecimiento y no hemos sido capaces de reducir el indicador de desempleo por debajo de ese 14%, lo que se nos presenta es un futuro no demasiado optimista.
Se trata de un asunto complicado y que se debe relacionar con otro que también avanza la OCDE y que se refiere a cómo la demanda interna, es decir, ese embalsamiento que se produjo después de la crisis cuando muchos empezaban a respirar, con mejor o peor empleo, se acaba. Y la razón podría estar en que esa precariedad, que se ha instalado y que no tiene visos de desaparecer, empuja a los ciudadanos a retrasar las decisiones de compra, lo que como hemos visto, incrementa el ahorro familiar.
Moscovici, que dice que “se puede ser de izquierdas y serio a la vez”, ha hecho un llamamiento a que haya un “Gobierno estable” que permita acordar un plan presupuestario en línea con las normas europeas
Así que, estas advertencias de la OCDE dejan al Ejecutivo prácticamente solo con las previsiones más optimistas, con una estimación de crecimiento del 2,1% para este año y del 1,8% para el próximo ejercicio.
El único organismo que todavía respalda las estimaciones del Gobierno es el FMI, pero sus previsiones están desfasadas. El problema es que cerró sus estimaciones hace más de dos meses, antes de que el INE revisara a la baja los datos del primer semestre del año. Esto significa que los datos del Fondo parten de un punto de partida más alto, lo que desdibuja sus pronósticos.
Desde que el INE revisó a la baja los datos del primer semestre se han sucedido los recortes de previsiones de crecimiento y las llamadas de atención por parte de Bruselas.
El Ejecutivo se queda descolgado con las previsiones más optimistas y con una estimación de crecimiento del 2,1% para este año y del 1,8% para el próximo
Lo peor: las cuentas prorrogadas enviadas por Nadia Calviño a la Comisión corren “el riesgo de no cumplir con las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento”. Bruselas advierte sobre los altos niveles de deuda, insistiendo en que hay que centrar esfuerzos en su reducción, algo que “debería ser su prioridad”.
Pierre Moscovici, comisario de Asuntos Económicos y Financieros, alerta de que hay una desviación “significativa” de la senda de ajuste a la que se comprometió Pedro Sánchez, y señala que no hay indicios de que el país “progrese lo suficiente hacia el cumplimiento con el criterio de reducción de deuda en 2019 y 2020”.
La Organización de Gurría señala que hay una ralentización evidente a la hora de crear puestos de trabajo, si tenemos en cuenta la evolución de la población activa
Además, y con la expectativa de un Gobierno entre el PSOE y Unidas Podemos en el horizonte, la Comisión Europea insiste en que el aumento del gasto público en 2020 no debe exceder el 0,9%, pero las cuentas enviadas por Calviño a Bruselas apuntan a un aumento del gasto público del 3,8%, sin medidas de recaudación para equilibrar.
Moscovici, que dice que “se puede ser de izquierdas y serio a la vez”, ha hecho un llamamiento a que haya un “Gobierno estable” que permita acordar “un plan presupuestario en línea con las normas europeas” y que sea enviado cuanto antes a Bruselas.
A esta batería de rebajas en las estimaciones económicas han contribuido también las realizadas por las principales entidades españolas mantienen una previsión de crecimiento del 2% para este ejercicio y de entre el 1,7-1,5% para 2020, en línea con los organismos oficiales. Si los números no les fallan, significará que España está viviendo una desaceleración más brusca de lo esperado.