Para los amantes de elucubrar acerca del fin del mundo -que generalmente confunden con el Juicio de las Naciones- los capítulos evangélicos son Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21. En los tres, se recoge la analogía, que pudo haber sido pronunciada en Martes Santo, entre la ruina de Jerusalén y el juicio de las naciones, para el vulgo, el fin del mundo, aunque todo parece indicar que no es así.
¿Por qué utilizó el Dios-Hombre la analogía, una figura que que se presta a confusión para mentes simples como la mía? Pues quizás por lo que se cuenta en aquella obra tan especial “Las Veladas de San Petersburgo” como explicación del género profético: “El profeta goza del privilegio de salir del tiempo. Al no estar sus ideas narradas cronológicamente utiliza la analogía”.
Ahora bien, la analogía de Cristo sobre los últimos tiempos, utiliza la ruina de Jerusalén, hecho concreto que sucedería en el año 70, en vida de muchos de los que le escuchaban en el año 30.
Aquello resultó duro. La conquista de Jerusalén por los romanos hizo exclamar a su conquistador, el general Tito: “si este pueblo -el judío- ha levantado tanta ira divina no se merece gracia alguna (de los hombres)”. Él, desde luego, no concedió ninguna.
En definitiva, si la imagen del fin del mundo, es la ruina de Jerusalén, tendremos que centrarnos en lo que contaron un grupo de legionarios romanos, que en pleno saqueo de la ciudad olieron a carne asada. Entraron en la casa y se encontraron a una mujer, con mirada enloquecida, que les ofrecía, en una bandeja de plata, los miembros asados de su propio hijo descuartizado.
La toma de Jerusalén por el general Tito batió todos los récords de crueldad hasta entonces conocidos
Sí, Cristo lloró por Jerusalén el domingo de Ramos pero el Martes Santo, en alarmante analogía, enlazó la ruina de Jerusalén con la Segunda Venida del Redentor, pensamiento que concluye con una pregunta ligeramente incómoda: “Cuándo vuelva el hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?”.
¿No estaremos, ahora mismo, en el siglo XXI, en la etapa a la que se refiere esa pregunta? ¿verdad que no?