La comparecencia del portavoz del Gobierno fue este viernes, más que en otras ocasiones, un auténtico partido de tenis. Alfredo Pérez-Rubalcaba trató de quitarse de encima la cuestión de las manifestaciones del movimiento 'Democracia Real' en la primera pregunta: lo hizo con una exposición de principios sobre la democracia, el cumplimiento de las leyes y la actuación de la Policía con criterios de oportunidad, congruencia y proporcionalidad: "Lo que haremos será cumplir la ley". Pero la explicación no fue suficiente.
Los redactores volvieron a la carga y Rubalcaba siguió con los tópicos: "Tenemos unas Fuerzas de Seguridad muy profesionales que se enfrentan a estas situaciones todos los días". Claro que no todos los días es jornada de reflexión, pero para el vicepresidente primero esa parece una circunstancia menor.
"Sigan intentándolo", dijo Rubalcaba después de quince minutos cerrado en tablas. Se trataba de saber algo tan sencillo como si la policía desalojará o permitirá las manifestaciones, pero el vicepresidente señaló que tendría que ver los acontecimientos y que no pensaba anticipar ninguna situación hipotética.
Conclusión: el Gobierno "acata y respeta la decisión de la Junta Electoral Central", pero espera que los organizadores, que oficialmente no han convocado pero extraoficialmente dicen que van a pasearse, tengan suficiente habilidad para no incumplir la letra de la ley. Si los del 15-M no lanzan consignas políticas, si simplemente se consigue la imagen de un montón de gente reunida en las plazas de España, la Policía no necesitará actuar y el espíritu de la jornada de reflexión habrá sido vulnerado una vez más.
¿Quién gana? El PSOE, que ha sido mucho más audaz capitalizando el movimiento. Sus candidatos se han puesto del lado de las protestas, mientras el PP se ha puesto en contra denunciando otra conspiración. En el 13-M la "espontaneidad" benefició al PSOE, en este 15-M el Gobierno Zapatero ha logrado que le resbalen críticas por una situación de la que es en parte responsable.
Por su parte, Esperanza Aguirre amenazó este viernes con montar un campamento frente a la sede del PSOE en Ferraz para ver la reacción de Rubalcaba. Más tarde, la candidata popular a la Comunidad de Madrid aclaró que era una "coña"
Rodrigo Martín
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