Cóctel explosivo: Obama combinado con la crisis

Obama avanza hacia la Casa Blanca aupado por la banca y por todo el Nuevo Orden mundial (NOM) para quien se ha convertido en una obsesión su triunfo y la derrota -que debe resultar humillante- de McCain y Palin, especialmente de ésta última. No olvidemos que el Nuevo Orden no considera enemigo a McCain, pero sí a la gobernadora de Alaska. Lógico, son los principios cristianos, los valores no negociables, los únicos que se oponen al consenso mundial progre, es decir, al relativismo.

Y es mucho lo que está en juego, porque, como ya he dicho, Estados Unidos es uno de los pocos países que aún resiste a la marea progre que ha conquistado Europa, donde se difumina la distinción entre el bien y el mal, entre la verdad y la mentira y la elevación del feísmo -es decir, de lo feo- a la categoría de arte. Y, en concreto, el NOM odia al hombre y adora el aborto, y esa es la razón por la que puede aceptar cualquier propuesta, de izquierdas o de derechas, pero no a Sarah Palin. Eso nunca.

Por eso el secretario de Estado de Defensa, Colin Powell -que, como diría El País, con espantosa cursilería se suma al sueño del cambio- ha cantado las excelencias de Obama como candidato, al tiempo que recordaba que lo peor de McCain es Sarah Palin.

La televisión de ZP, es decir, la televisión pública española, no ha tardado en reescribir la historia de Powell. Ahora resulta que el general negro -perdón, afroamericano- se había opuesto a las mentiras de Bush sobre Irak. ¡Hay que tener cara! Pero hombre, si fue Powell quien, como secretario de Estado de Bush, explicó en la ONU las pruebas de las armas de destrucción masiva de Sadam Husein, aquéllas famosas grabaciones ininteligibles, mantenidas por oficiales iraquíes que no demostraban nada. Y Powell lo sabía.

¡Ojo! La actitud del general, que tanto beneficia a los demócratas, no sólo es posible porque en Estados Unidos no existe -¡Qué maravilla!- disciplina de voto -ni en letra ni en espíritu- sino también porque Powell es un abortista y no soportaría que una madre de cinco hijos, uno retrasado, alcance la Vicepresidencia de la nación, y encima con un presidente anciano.

Es lo mismo que ocurre con los medios tradicionales norteamericanos (Washington Post, New York Times, Boston Globe, Los Ángeles Times, Chicago Tribune, el propio Wall Street Journal, la CNN, NBC o CBS, todos ellos adscritos al Nuevo Orden y agentes de Obama, sea por la izquierda o por la derecha. Les aterroriza la coherencia de Palin, que echa por tierra toda la gran mentira feminista sobre el aborto. Por eso dedican tanto espacio a destrozarla y tanto espacio a asegurarse que no sólo es una ultra, sino una corrupta. Sí, la progresía utiliza una de sus mejores armas: el verdugo que se convierte en víctima. El verdugo es Obama, que en cuanto le sale un adversario peligroso le hace un dossier, pero, al mismo tiempo, pretenden hacer pasar por víctima de esa bruja de dientes afilados llamada Palin.

Y ojo, Bush, Condolezza Rice y la plana mayor republicana parecen estar en las mismas: timidísimo apoyo a McCain.

Y ojo, el primer derecho humano, el derecho a la vida es la clave de todo el proceso, tanto como la crisis económica. En ello pueden tener un papel importante los hispanos, la minoría más importante de los Estados Unidos. De mayoría católica, ciertamente. Como dice Washington Post y es triste reconocerlo, pero también es cierto, los hispanos son, en su inmensa mayoría católicos, pero también son uno de los colectivos que más abortan, una realidad tremenda. El artículo destaca el esfuerzo de Obama por introducir en su candidatura católicos antiabortistas está abocado al fracaso, pero sí puede jugar con los católicos abortistas que, como su vicepresidente, Joe Biden, andan por muchos sitios.

No olvidemos que el enemigo del Nuevo Orden es la Iglesia, y que, respecto a ésta, el Nuevo Orden se caracteriza por dos cuestiones:

1. A título colectivo, no quiere destruir la iglesia, quiere conquistarla.

2. A título individual, el NOM busca católicos de religión a la carta, que reniegan del Magisterio y de las enseñanzas del Papa, pero que se siguen diciendo católicos.

En cualquier caso, los católicos votarán en un 54% por McCain y en un 41% por Obama. Algo es algo.

En cualquier caso, la combinación entre crisis económica que no lo duden, va a más, sin desdeñar un deterioro de tal calibre que lleve al estallido social el cóctel entre el progresismo de Obama instalado en la Casa Blanca

Insisto: yo también quiero un negro como presidente de los Estados Unidos, pero no éste. Obama será un desastre para Norteamérica y para el mundo entero. Un progre-capitalista, dispuesto a robarle a los pobres para dárselo a los rentistas es una bomba con espoleta preparada.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com