Obama, un personaje new age

Cada día me da más miedo este personaje new age. Según Barack Obama, el ex secretario de Estado de Bush, Colin Powell, no se ha sumado ni al Partido demócrata ni a su candidatura sino a nuestra causa. Nadie sabe qué causa es esa, claro está, como nadie sabe en qué consiste el change que provoca éxtasis en la audiencia, pero cada vez tengo más miedo de un Obama en la Casa Blanca. No por la tontería de la inexperiencia política, sino por su experiencia ideológica: un personaje new age, un personaje que sólo cree en que no puede creer en nada, porque las convicciones son intolerancia. McCain, a la desesperada, le acusa de ser socialista: ¡Ojalá! Obama resulta, en verdad, muy europeo. No es nada, y considera que una ideología vale tanto como otra y ninguna de las dos vale nada. Esto es lo terrible. Obama se apuntaría a la religión universal de La Carta de la tierra, de contenido eco-panteísta y desesperación pan-humana. La Carta de la Tierra lleva directamente a la desesperación.

Otro problema de las actuales elecciones consiste en la hipoteca Bush para los próximos cuatro años. Ojo, una hipoteca que McCain terminó por aceptar y que Obama apoyó con entusiasmo desde el primer momento, y que el humorista Ramón describía de la siguiente guisa: O sea, que tenemos que darle dinero a los bancos para garantizar la devolución de lo que les dimos antes.

Y es que una de las cuestiones más orilladas es que las rebajas de impuestos en Estados Unidos y Europa han quedado clausuradas hasta la próxima generación. Tenemos que pagar a los especuladores el dinero que nos robaron.

Dicho de otra forma: aumentará el poder del Estado sobre los ciudadanos, de grado o por fuerza. Malos tiempos para el liberalismo.

Eulogio López

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