Al parecer, seis fueron las bombas colocadas: tres en el metro y tres en autobuses, aunque sólo una de ellas explotó. El primer ministro Tony Blair regresó a Escocia para continuar con la reunión del G-8. Todo el empeño del Gobierno británico consiste en recuperar la normalidad a toda costa y en el menor tiempo posible. No darles ningún triunfo a los terroristas. Por lo demás, nada se sabe acerca de las iniciativas que tomará el Gobierno británico en política antiterrorista.
Los medios informativos resaltan que el atentado ha unido a toda la clase política britanica, como ocurrió en Estados Unidos tras el 11-S y como no ocurrió en España tras el 11-M. En Madrid, la vicepresidente del Gobierno, Teresa Fernández de la Vega insiste en que el Partido Popular utiliza el terrorismo como arma política. En Roma dicen que ahora los italianos son el objetivo.