El 6M del 11M
Un día como hoy, para ser exactos otro jueves preelectoral, entonces 11 de marzo, 192 españoles eran asesinados, pero poco llorados. Un Gobierno obsesionado con ETA e incapaz de razonar, metía la pata y aparecía como un mentiroso, mientras un PSOE con moral de derrota -la misma que hoy tiene el PP de Rajoy- aprovechaba la situación para sacar a relucir su mala crianza y auparse con el poder cuando no se lo creían ni ellos. Hasta 22 encuestas daban vencedor al PP y tres días después ganaba el PSOE e incluso con holgura. ZP no sería presidente por accidente sino algo peor: sería presidente por atentado. Desde entonces se ha pasado cuatro años negando la verdad evidente de que accedió aEn Hispanidad podemos hablar de ello con la cabeza alta, dado que, mientras toda la prensa, incluida la socialista, acusaba a ETA de la bestialidad, tan sólo cinco horas después de la masacre, nosotros apostamos, fiados del sentido común, por los islámicos.
Pero lo peor no fue eso. Lo peor fue el síndrome de Estocolmo que atenazó, y aún hoy atenaza a los españoles. En todos los países que sufrieron el zarpazo del terrorismo islámico, la gente no acusó al Gobierno sino que le apoyó frente al integrismo islámico. Y así, mientras norteamericanos, británicos o australianos reaccionaron uniéndose como una piña ante el enemigo exterior, en España ZP lanzó la Alianza de Civilizaciones. ZP es amigo del fundamentalismo islámico de Erdogan y enemigo de los españoles que votan al Partido Popular.
Ni que decir tiene que ZP -por esto se le calificó como un personaje siniestro- ha preferido mimar a los fundamentalistas -al igual que, por ejemplo, a los separatistas catalanes o proetarras- con un razonamiento tan simple como los habituales en el secretario general del PSOE: ni Ben Laden ni Carod Rovira me echarán de La Moncloa: Rajoy sí. Ergo, debo aliarme con cualquiera con tal de marginar al PP. De ahí, del 11-M ha venido, pro mor del aprendiz de brujo que nos gobierna, la resurrección de las dos ‘Españas' y la guerra-civilismo en la que nos movemos hoy, 72 años después del estallido de la contienda. A ZP, el gran crispador no le importa, porque, gracias a esa guerra-civilismo, va a ganar las elecciones.
Carta abierta al presidente del Foro de la Familia
Benigno Blanco es el líder del Foro de la Familia. Sólo por ello, merece el apoyo de toda la gente de bien. Ahora bien, acaba de lanzar un comunicado electoral cuando menos curioso.
Hombre don Benigno, no es cierto que no haya partidos políticos que coincidan al 100 por 100 en la defensa de los ideales del Foro. Sí, si hay partidos que coinciden al 100 por 100 con el esquema cristiano -humanista cristiano- de la familia. Sí que los hay, lo sabe usted muy bien, don Benigno. Son los cuatro que figuran en la portada de Hispanidad.
Ahora bien, esa vía, el voto por opciones que sí defienden la familia natural, parece bloqueada por éstas palabras del comunicado: "Si votamos a opciones que no alcancen representación parlamentaria, éstas no podrán influir en quien gobierna, aunque nuestro voto pueda tener otros valores de tipo testimonial o de marcar tendencias. Todos estos parámetros deben entrar en consideración, junto con los contenidos programáticos a la hora de decidir nuestro voto".
Hombre no, don Benigno. "Junto a" no. Es el programa, las propuestas, quien debe decidir el voto, al menos el voto de la gente seria. O como diría Julio Anguita: Programa, programa, programa. No es un complemento, es la columna vertebral del voto.
Y además, ¿Quién le ha dicho usted que una fuerza extraparlamentaria no marca tendencia? Yo diría que dado a donde hemos llegado son las únicas que marcan tendencia.
Porque claro, alguien, no yo, ‘of course' por supuesto, podría sospechar que usted está diciéndole a las familias españolas que deben votar a los partidos que ya cuentan con representación parlamentaria y, entre ellos, al mal menor. Ni por ello pienso que esté usted aconsejando el voto al Partido Popular. No osaría yo acusar al Foro de estar con el PP. Antes me abro las venas.
Tampoco digo, no señor, que don Benigno pretenda decir que el Partido Popular se parece más al "humanismo cristiano" que el resto de fuerzas con representación en Congreso y Senado. Tamaña glosa, que tiene visos de acusación manifiesta, debe ser erradicada.
Por cierto, si sólo votamos a partidos parlamentarios, ¿cómo cambió el escenario político? Es lo mismo que les ocurre a los jóvenes en el mercado laboral. Si para trabajar les exigen experiencia, ¿en qué trabajo podrán obtener experiencia?
Por último, ¿qué ocurriría -es sólo una hipótesis de trabajo, un divertimento teórico- si todas y cada una de las formaciones presentes en el Parlamento, aquéllas entre las que debe escoger quien defienda el "humanismo cristiano" atentaran contra los principios cristianos, entre ellos los valores considerados no-negociables en política por el Papa Benedicto XVI? Anda, ¿si resulta que la hipótesis es cierta?
De hecho, quede bien claro que ni por un momento, ni por un sólo instante, pretendo afirmar que don Benigno esté pidiendo el voto al PP, es decir a un Mariano Rajoy que dice mantendrá el aborto y los derechos de los homosexuales, o a un alcalde Gallardón que no deja de dar nuestro dinero a los del orgullo gay o a una Esperanza Aguirre quien, con nuestro dinero financia el 20% de los abortos que se perpetran en Madrid. Vamos, que no me lo creo. Ahora bien, si no podemos votar al PP por anticristiano, y no podemos votar a ninguna fuerza extraparlamentaria porque no marca "tendencia", ¿a quien puñetas podemos votar don Benigno? Habrá que investigar intensamente. Como se trata de I D i, a lo mejor ZP nos suelta alguna subvención.
Eulogio López
Candidato por Familia y Vida al Congreso de los Diputados