Desde hace algunos años y por estas fechas la fiesta de Halloween ha tomado carta de naturaleza en la sociedad española.
Todos sabemos que esta celebración procede de países anglosajones y que fundamentalmente consiste en infundir un lúdico y jocoso miedo apoyándose en seres fantásticos y terroríficos.
En España, últimamente, esta fiesta dura todo el año y quienes infunden miedo verdadero, nada ficticio, ni jocoso, ni lúdico no son seres imaginariamente fantásticos, son reales y terroríficos. Uno de estos seres, que últimamente campa por sus espeluznantes acciones es: Desahuciator, allí donde se presenta causa pavor, sumiendo a sus perjudicados, cuando menos, en el más absoluto y desconsolado desamparo.
Y qué decir de los seis millones, y creciendo, de "zombis" que deambulan en vano día tras día tratando de escapar de las terribles garras del paro y la miseria. Si todo esto no fuese suficiente, un fantasma de nuevo cuño, envuelto en su singular sábana, aparece en escena haciendo un espantoso ruido al arrastrar sus particulares cadenas, al tiempo que amenaza con abandonar el castillo; pero eso sí, llevándose el dinero necesario para su emancipación.
Sólo con esto, difícilmente se podrá negar que España proporcionar unos sustos para morirse de miedo.
Manuel Villena Lázaro