No va a ser fácil para el nuevo Tribunal Constitucional recuperar una confianza muy dañada en los últimos años por determinadas sentencias y por la sospecha de que los magistrados se alinean en función de adscripciones ideológicas, y lo que es peor, de obediencias partidistas.
El discurso de despedida del hasta ahora presidente, Pascual Sala, ha insistido en la necesidad de que las controversias políticas y sociales sean abordadas desde criterios técnicos y jurídicos. Tardío reconocimiento. El nuevo Constitucional tiene una prueba de fuego a la hora de resolver el recurso contra la ley del aborto: de lo que se trata es de garantizar que la protección de la ley es efectiva y no está al albur de caprichos, humores o artificios ideológicos.
Jesús Martínez Madrid