El robo del mosaico romano dedicado al dios Baco que se produjo durante estos días de Navidades en Baños de Valdearados (Burgos), pienso que va más allá del hecho concreto.
Había visitado el enclave en diversas ocasiones y hasta participado en la fiesta, invitado por unos amigos, que el pueblo organiza cada año con este motivo. Como digo, este robo abre un debate acerca de la seguridad con la que se debe custodiar este tipo de obras de arte. Cierto que resulta materialmente imposible destinar a un agente de seguridad las 24 horas del día para vigilar piezas como esta, pero de ahí a que con un serrucho o motosierra se pueda acceder al interior del recinto donde se guardaba, y llevarse la parte más valiosa del mosaico, no sin antes destrozarlo, hay un gran trecho.
No soy partidario de que estas obras de arte se trasladen, aunque solo sea por seguridad, a museos o a lugares con mayores garantías, pues se aprecia su valor más y mejor si se observan en su lugar de origen, al tiempo que se promociona el medio rural. Hoy hay unos sistemas electrónicos de seguridad que además de avisar del hecho y gravar, también tienen el efecto de que hay vigilancia segura. No olvidemos el refrán castellano "El miedo guarda la viña y no el viñador".
José Morales Martín