Al término de la sesión de control al Gobierno que el miércoles día 15 tuvo lugar en el Senado, Rodríguez Zapatero, el presidente del Gobierno, trabó una informal conversación con dos senadores catalanes uno de ellos era portavoz de CiU.
Cámaras y fotógrafos registraban, al instante, el inesperado encuentro y la animada charla que mantenía el presidente, precisamente, con dirigentes de CiU y el PSC cuando las próximas elecciones catalanas son inminentes y cuando en el Senado está pendiente la renovación de cuatro magistrados del Tribunal Constitucional, el mandato de la misma caducó hace años, el mismo Tribunal que dictaminó la sentencia que recortó el Estatut.
Un país con casi cinco millones de parados, una crisis galopante, con una guerra en Afganistán, que no quiere reconocerla. Cuando media España le ha pedido que haga algo para sacarnos el hoyo en que nos ha metido, el presidente está pendiente de otra cosa, da la sensación que lo que pretende es salvar los muebles. Parece que en la conversación, en la que también salió a colación la situación económica. Pero no, de eso no hablaron, a Zapatero, culé él, sólo le preocupa su equipo, no lo que le pasa a España, sino que preguntó: ¿qué le pasa al Barça?, refiriéndose al reciente tropiezo de los azulgranas con el Hércules.
Tenemos un presidente que, al parecer, lo único que le quita el sueño es porque pierde el Barça y no lo que le pasa a España y a millones de ciudadanos españoles; eso es lo debe ocupar y preocupar al presidente y no lo que hace el Barça. No debería preguntarse: ¿qué puedo hacer y cómo para que España vaya bien?
Pedro J. Piqueras Ibáñez