Sr. Director:
Los alcaldes chilenos que se negaron a distribuir el abortivo llamado píldora del día después, como auxilio a las mujeres víctimas de una violación, consiguieron torcer el brazo al ministerio de Salud. Lo que el Gobierno socialista chileno pintó como una rebeldía, no fue sino el legítimo ejercicio del derecho a la objeción de conciencia
Según El Mercurio, el ministerio de Salud comunicó oficialmente el 26 de mayo que no aplicaría sanciones a los alcaldes que decidieron no repartir la llamada píldora del día después en sus servicios primarios de urgencia. Así lo informó el subsecretario Antonio Infante "tras varios días de incertidumbre y análisis en la cartera", luego que los alcaldes Marta Ehlers de Lo Barnechea, Manuel José Ossandón de Puente Alto, Roberto Sepúlveda de Maipú, Cristián Labbé de Providencia, Jacqueline Van Rysselberghe de Concepción y Carolina Plaza de Huechuraba, se negaran a distribuir esa píldora, por su innegable efecto abortivo.
Añade el diario, que la decisión contrasta con la dureza exhibida por el mismo ministerio y sus autoridades, que, al estallar la polémica, señalaron que "ningún alcalde se puede oponer" a la entrega, ya que ello vulnera normas ministeriales. Incluso los amenazaron aplicar sanciones e iniciar causas judiciales contra los "rebeldes".
El subsecretario Infante dijo que se optó por entregar mas dosis a los servicios de urgencia hospitalarios más cercanos a las "comunas rebeldes".
La postura de los alcaldes contó con el explícito apoyo de la jerarquía de
Fuente: El Mercurio, Santiago de Chile, 27-05-04; Vid. Pastoral del Cardenal Errázuriz, NG 638-640; Entrevista a Marta Ehlers, alcaldesa de Lo Barnechea, ACI Prensa 17-05-04. Por Juan C. Sanahuja
NOTICIAS GLOBALES