Algunos siempre lo hemos tenido claro, pero ahora contamos con la prueba del nueve: la burla del ministro Gallardón, de todo el Gobierno Rajoy y del PP con la reforma de la ley del aborto que nos dejara nuestra querida Bibiana Aído.

Los medios aseguran que el PP está dividido sobre la reforma del aborto. Muy cierto, en el PP existen canallas abortistas al 100% y otros que sólo lo son al 50%. Luego están los defensores de la vida cobardones, que no se atreven a levantar la voz, la única voz posible, la supresión de todo tipo de aborto, para no perder el cargo en la Administración Rajoy.

Se lo explica mejor el periódico pepero, El Mundo, en su edición del lunes 13. Rafael Álvarez, el comecuras favorito de Pedro José Ramírez. Nos expone la clasificación de los peperos respecto a la ley del aborto, lo que podríamos llamar el paripé pepero sobre el aborto. Ojo al dato: "Las posturas internas en el PP sobre la materia cada vez se tensan más y, siempre según las fuentes de El Mundo, en la formación hay «posturas bien diferenciadas»: 1º, en torno a un 10% (pero con «bastante peso») sería favorable a retocar lo mínimo la norma actual; 2º, alrededor de un 40% no vería con malos ojos parir un modelo «próximo a la ley socialista de 1985» (que consideraba el aborto como un delito excepto en tres supuestos); y 3º, un férreo 50%, pegado a la «base sociológica de la derecha», que reclama un endurecimiento del aborto en España que incluya, entre otras cortapisas, la imposibilidad de abortar en casos de malformación del feto".

Para que lo entiendan, el 10% de los cargos peperos serían partidarios de entronizar a Bibiana. Un 40% son partidarios de volver a la misma norma de Felipe González (1985) que ha convertido a España en el paraíso europeo del aborto, con 120.000 ejecuciones anuales. Es decir, gente tolerante. Y la mitad de ellos son conservaduros, vecinos de la caverna, que pretenden -¡Cielo Santo!- suprimir el aborto eugenésico, es decir, la matanza de disminuidos y la posibilidad de que una adolescente pueda abortar sin informar a sus padres.

Es decir, tres posturas homicidas, la última una verdadera hipocresía, porque, de los 120.000 abortos afectarían a unos 1.000. ¡Qué exitazo, Mariano! ¡Tú sí que defiendes la vida, campeón!

Naturalmente, El Mundo, progresismo de derechas, aún espera que el PP adopte la postura más sensata: es decir, el homicidio 'razonado', con razones de peso, de los 120.000 inocentes por año, pero, eso sí, por razones tan serias y científicas como del peligro para la salud psíquica de la madre (responsable de más del 97% de los infanticidios). Ya saben: "Doctor, doctor: o mato a mi hijo o me deprimo".

No, sinceramente, no creo que ningún católico pueda votar al PP, ni como mal menor.

Enfrente, tenemos al Papa Francisco, quien, el pasado domingo, no solo defendía el derecho a la vida, sino la dignidad del embrión humano, un ser humano desde el momento mismo de la concepción. Porque, naturalmente, Rajoy tampoco piensa mover un dedo para que España deje de ser el matadero de embriones sobrantes de la fecundación artificial. Por cierto, el 'templo' de la FIV es el Instituto Dexeus, donde nacieron sus dos hijos. Y la manipulación de embriones humanos 'sobrantes' no la inició el PSOE sino el PP. Para ser exactos, la ministra de Fomento, Ana Pastor, entonces responsable de Sanidad.

Señores: ¡Váyanse ustedes a freír espárragos!

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com