Sr. Director:
El siguiente relato corresponde a un hecho verídico; los nombres de los protagonistas no son reales.
Hace unos días Fátima con su recién nacido visitó a Montse. Fátima estaba contenta, aunque los problemas de unos meses atrás no habían desaparecido, y a Montse le hizo mucha ilusión conocerla, verla feliz y ver al niño. Fátima vive lejos de Barcelona, es inmigrante, soltera, tenía un novio y se quedó embarazada; pero el novio no quería saber nada del niño y los familiares más cercanos de Fátima tampoco.
En estas circunstancias, el aborto se presentaba como la mejor solución y Fátima consiguió los billetes para el viaje y concertó la hora con la Clínica. Estaba todo decidido, pero no quería ir sola. Pocos días antes de la "intervención" llamó a Daniela (amiga y compatriota suya), y le pidió que la acompañara. Daniela aceptó, y al pedir el día libre en la casa en la que trabajaba explicó a Montse el motivo. Montse no le puso inconveniente pero le comentó: "¿Fátima no puede hacer otra cosa que abortar? ¿No podría pensárselo otra vez?". Daniela debía haber pensado lo mismo porque pronto trasladó esa corta reflexión a su amiga. Y ésta no necesitó más: anuló el viaje, la hora con la clínica y siguió adelante con su embarazo.
Sus circunstancias seguían siendo las mismas, pero había encontrado un pequeño apoyo para poder decidir libremente. ¡Qué poco puede costar defender dos vidas a la vez!
Mercedes Fuster
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